El mago inglés quiere representar en esta carta las nupcias alquímicas de El Emperador y la Emperatriz, el rey negro y la reina blanca, símbolos de las tensiones interiores en oposición. Sobre ellos aparece dominante la encapuchada e imponente figura del oficiante, El Ermitaño, el individuo que ha resuelto todas las oposiciones en su interior. Bajo las manos extendidas del oficiante se manifiestan los “hijos” de esta unión, que cruzan las manos en un brindis de la buenaventura, mientras a sus pies se levanta la serpiente del conocimiento.
domingo, 28 de noviembre de 2010
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